CARNAVAL Y CULTURA
El Carnaval es una expresión cultural, y como tal
puede ser analizado. En la actualidad, ha perdido su esencia debido a los
cambios sociales y al sincretismo de la cultura.
Como fiesta, no posee un solo origen, sino que fue mutando
en el tiempo, con la inclusión de nuevos elementos de raíces europeas,
americanas y africanas.
El fenómeno se remonta a la antigüedad, pero luego fue
adoptado por el cristianismo como una festividad previa a la cuaresma. De
hecho, la palabra “Carnaval” proviene del latín “carne levare”, que significa
“abandonar la carne”.
Se opone a la cuaresma, en la que hay que observar la
abstinencia; por eso da lugar a excesos en la comida y la bebida. También se
opone a los roles, deberes y funciones dentro de la sociedad: a través del
disfraz, la vestimenta y las máscaras asume la posibilidad de que las personas
desempeñen un rol diferente.
El Carnaval como fenómeno social e histórico combina
música, danza, rituales, disfraces, procesiones y espectáculos. Lo común es el
pluralismo cultural. El turismo y la cultura gozan de una relación simbiótica y
beneficiosa. La cultura funciona como atractivo turístico.
La naturaleza del Carnaval ofrece a los visitantes
oportunidades más directas para vincularse con la cultura local.
El Carnaval puede considerarse patrimonio cultural
intangible o inmaterial de la humanidad, ya que comprende tradiciones o
expresiones vivas heredadas de los antepasados y es un factor de mantenimiento
de la diversidad cultural ante la creciente globalización.
El carnaval de Río de Janeiro Brasil, está
considerado como el más grande del planeta. El
carnaval en Ecuador varía de fecha, puede ser entre febrero y marzo, según el
año, en el que los bailes, festivales gastronómicos, desfiles, exposiciones,
comida, agua, flores, frutas, harina, espuma, serán parte de esta celebración
histórica.
Ambato y Guaranda, por sus característicos festejos, constituyen el centro de la atención a nivel nacional e internacional.
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